‘de Otros Poetas’

MamáEl domingo 12 de julio, falleció nuestra querida Olimpia Irene Bordes. Prestigiosa Docente, Poeta y Narradora, integrante del “Grupo de Escritores Argentinos Antonio Mulet”. En su brillante trayectoria, obtuvo numerosos premios literarios y fue autora de los poemarios: Sembrando en el viento, Un portal hacia el alma y La Alondra Infinita, entre otros. Además, participó en diversos medios de difusión literaria como Diario de los Poetas, Polígono de cuentistas y poetas, y la página Web: mispoetascontemporaneos. Para nosotros, los que emprendimos hace largo rato el camino de la poesía junto a Olimpia, sentimos que se nos ha ido una Hermana Mayor, sincera y humilde, dotada de una singular calidad humana, sin duda inolvidable.

Asimismo, y para concluir esta breve semblanza, considero oportuno reproducir la siguiente consideración de su hija Graciela: “Lo que quería decirles es que Uds., poetas y lectores, no imaginan cuán importantes fueron para ella en los últimos años de su vida. En la poesía encontró la forma de expresar su exquisita sensibilidad, en Uds., almas sensibles receptoras de sus palabras y, fundamentalmente, amigos. Con profunda emoción, les digo a todos: GRACIAS”… Y por favor, ayúdennos a continuar recordándola en esta nueva página: http://www.poemarios.com.ar

El siguiente soneto es mi pequeño homenaje:

OLIMPIA

En “Un Portal hacia el alma”
Creció la esbelta rosa
Que alumbró el jardín
De una vida ejemplar

En el camino eterno
Sus pasos fueron versos
Profundos y bellos
“Sembrando en el viento”

Y una mágica sonrisa
“Como un intenso abrazo”
De su inolvidable figura

Cobijó para siempre
Su destino angélico
De “Alondra Infinita”

©David Antonio Sorbille

25-07-09

El vuelo de los deseos, de Mirna Celis

El vuelo de los deseos, de Mirna Celis

La casa del viento es un lugar de puro silencio.
La morada perfecta para su destino de aire circular.
Llegar a su refugio es retornar a la calma azul de su respiración.
Cuando está en sus aventuras de brisa o huracán, en su interior lo mueve solo un sueño:
tocar esas puertas de estrellas para hamacarse en las sábanas de nubes que abrigan su alcoba,
leer una novela de hojas de roble y sentir el amor eterno del árbol;
escuchar la música de todos los paisajes que trajo en su mochila y … recordar.
La luna sabe sus secretos, su cansancio y alegrías,
lo acuna con su reflejo en las noche;
es ella quien ve en su corazón transparente el deseo de ser pájaro mortal,
comprende su vagar de siglos.
Pero, él, es Viento y sabe que su sembrar es una labor infinita,
así, retoma las alas y se lanza al cielo dibujando una sonrisa…
Sus entrañas laten la grandeza de una misión inmortal.

©Mirna Celis.